sábado, 20 de diciembre de 2008

¡Arriba las manos, esto es la Navidad!‏

En una fecha que tiene que ver más con la alineación de Sirio (Estrella del Este) y Los Tres Reyes, con el Sol Naciente, que con cualquier otra cosa, es que muchas veces olvidamos el verdadero significado de ésta. Y la publicidad juega su papel, un papel importante en esta tarea. La publicidad nos invita, muchas veces, a aquel banquete en el cual es preferible llevar su propia merienda. Porque es el ofrecimiento a todos, de lo que muy pocos pueden obtener. Porque es la imposición de un estilo de vida que tendrás que perseguir siempre, hasta que el fin de tus días te coja en esa tarea, precisamente. Las vitrinas están servidas, todos son invitados ( o al menos “convidados”), pero sólo algunos son los reales invitados con real acceso. Si tenemos que lidiar con esto, me parece indispensable compartir algunos consejos del intelectual mejicano Fernando Buen Abad Dominguez. Resumiéndolos un poco, éstos son:

13 ideas para cambiarle la suerte al salario de los trabajadores amenazado por los buitres de la publicidad navideña:
1.Celebrar sin fanatismo. (celebres lo que celebres) No hay dios padre ni dios hijo que se ponga contento con llenarle los bolsillos a esos mercachifles dueños de la payasada mercantil que nos saquea los salarios.

2.No legitimemos las ideas de clase. No legitimemos los intereses de una clase dominante ni sus ritos ni su modo de vendérnoslos.
3.No nos dejemos extorsionar: los modos en que la burguesía celebra sus fiestas navideñas; no tiene por qué ser imitada. No se es débil, feo, perdedor, pobre o tonto si uno decide hacer con su dinero celebraciones totalmente distintas.
4.Nada de lo que se anuncia la publicidad debe ser comprado si no corresponde a necesidades concretas. Nada debe ser comprado bajo chantaje, vergüenza o imposición alguna. Se puede discutir abiertamente la compra de artículos o regalos para celebrar, analizarlo con amigos y compañeros de trabajo, comparar precios y hacer compras colectivas. Eso ayuda a no enfrentar en soledad las argucias de la publicidad para engañar y saquear el dinero.
5. No comprar llevado por la idea de ser envidiado por todos. No permitir que manipulen nuestros deseos, instintos, antojos, afectos y cariños. Ningún juguete suplanta la relación personal, ningún objeto sustituye la solidaridad y el amor. Ni un solo peso a los manipuladores especialistas en propinar al pueblo golpes bajos para obligarlo a gastar en fetiches.
6.La publicidad mercantil es el púlpito del capitalismo, no le creamos un ápice. No gastar en Navidad, más allá de lo racionalmente indispensable, no nos hace pecadores, insignificantes ni estúpidos. No dejemos que nos acomplejen.
7.Es mentira que con regalos se fortalece el afecto. De padres a hijos o de padres entre sí. Los hombres no dejarán de ser hermanos porque no gasten su salario en complacer a los publicistas. Que por su parte no son hermanos más que del dinero.
8.Es mentira que en la Navidad todos somos hermanos, hijos de Dios;... etc. En estas festividades la lucha de clases persiste.

9.No hace falta emborracharse ni embrutecerse para ser felices. Tampoco se es feliz por gastar mucho dinero. Todavía hay muchos momentos de felicidad que son gratis. Cosa de ingeniárnoslas.
10.No dejarse estimular con las payasadas que inventan los publicistas empeñados en emocionarnos, sensibilizarnos, cachondearnos para que paguemos cualquier precio por cualquier basura.
11.Ninguna publicidad logrará garantizar mágia y seducción... las personas no deben conceder ninguna credibilidad a quienes ofrecen paraísos imaginarios ni ilusiones mediocres. Todo lo que buscan es dinero.
12.Cuestionemos y sancionemos socialmente la publicidad produciendo interpretaciones críticas y disidentes sobre sus dispositivos ideológicos y sus fines.
13.El salario debe ser defendido. Especialmente contra la publicidad.

El artículo de Fernando Buen Abad Dominguez está disponible en http://www.viejoblues.com/Bitacora/arriba-las-manos-esto-es-la-navidad

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